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domingo, 1 de septiembre de 2013

Los Ancianos y la Maravilla de la Vida

 







Miraste alguna vez un anciano con detenimiento?
Al hacerlo, te darás cuenta que es un espejo en el que puedes ver no solo su historia sino tu futuro.
Es en sí, una sucesión histórica de hechos que se repiten en forma cíclica, una y otra vez. En ellos verás la maravilla de la vida y la sabiduría de la Naturaleza.
No permitas que pase desapercibido a tus ojos el imponente ciclo que nos fue impuesto el día que nacimos, y que "finalizará" el día de nuestra muerte.
Finalizará entre comillas porque, según las leyes naturales, hemos de dejar descendencia, que reiniciará el ciclo.
A aquellos que continúan nuestra existencia les dejaremos las pautas para transitar el camino que ya hemos andado. Las mismas pautas que recibimos de quienes nos precedieron. Solo pautas ... Pautas para decidir como transitar el camino de la vida. "... Se hace camino al andar ..." dice la canción de Joan Manuel Serrat.
Si comprendemos esto, tan simple y sencillo y a la vez tan complicado, por pasar desapercibido ante nuestros ojos llenos de sociedad; habremos entendido el mandato de la Naturaleza: "Nacer, vivir, reproducirnos y morir".
Creemos que cada etapa de nuestra vida es única y eterna. Con esta ceguera transitamos el mundo hasta la edad avanzada. En la última etapa, alojados en una carcasa ajada por los años, comprenderemos que ni fuimos únicos, ni somos eternos. Es tarde para desandar el camino, la armadura está floja y un poco oxidada por el uso. Propongamos entonces extender nuestra visión a nuestro alrededor y hacia el futuro.
Comencemos mirando a quienes nos rodean y cuales son las pequeñas grandes cosas que podemos mejorar. Con un ejemplo quizás entendamos mejor estas ideas:
Somos padre/madre de familia, tenemos a nuestros padres y tenemos hijos pequeños o adolescentes. Somos presidiarios de una sociedad consumista, los muros invisibles que imponen nuestros jefes, el avance tecnológico, el dinero, las metas por alcanzar nos obnubilan ...
Somos prácticamente "imprescindibles" y agobiados por el trajín diario no tenemos tiempo de mirar alrededor, solo un paso más allá de nuestra nariz, allí donde están nuestros seres queridos. Nuestros hijos llaman nuestra atención por sí mismos, pero quienes nos precedieron, ellos a quienes convertimos en abuelos o tío abuelos en un abrir y cerrar de ojos, los que pasaron a la etapa de "prescindibles" para la sociedad que les indica que es hora de jubilarse y "DESCANSAR"... Están vivos! Y tienen mucho para ofrecer. Para descansar tienen el resto de su muerte. Anhelan continuar siendo útiles y los descartamos. Tienen el tiempo y la invaluable experiencia y sabiduría para transmitir.
En el mundo occidental aumenta cada día el desinterés por la tradición familiar. Podrán argüir que la vida cambia, que el ritmo es más acelerado, que el tiempo no alcanza para sentarse a escuchar historias antiguas y repetidas.
A sacarse la venda de los ojos! Las bases de la vida no cambiaron, esas que escribió la naturaleza hace millones de años para asegurar nuestra supervivencia, están vigentes.
En Oriente los niños conviven con sus abuelos o son llevados a su casa para escuchar y aprender sus enseñanzas. Escuchar sus historias, respetarlos y venerarlos por su sabiduría de vida.
Si nosotros no mostramos respeto ¿Qué le estamos enseñando a nuestros hijos que copian nuestros modales y nuestra forma de vida en detalle, aún sin darse cuenta? Les enseñamos que el día que seamos mayores seremos descartables. ¿Es eso lo que deseamos ser?
Dejo un espacio para que reflexionen... Hoy no es solo hoy, también es mañana y mañana es parte del ciclo de la vida.